The Joker: la sonrisa vacía de la perversidad
23-02-2009 | Por Ademir | Categoría: Artículo en Portada, Artículos Premium, Artículos Seleccionados, Cultura, NoticiasEn la reciente entrega de los Premios de la Academia, los famosos Oscar, de entre todas las preseas obtenidas, destaca la que logró el desaparecido actor Heath Ledger en su papel como The Joker en la película de Christopher Nolan, Batman: the Dark Knight (2008).
Una pérdida lamentable
Ledger, joven histrión australiano que llevaba una carrera en ascenso, falleció a consecuencia de una sobredosis accidental de medicamentos. Sin embargo, el sobresaliente trabajo que Ledger desarrolló en la mejor cinta de superhéroes llevada a la pantalla grande, The Dark Knight: un policiaco maduro y sólido, quedará en la mente de todos los cinéfilos aficionados al género fantástico y al género negro, inteligente y profundo.
Las dualidades funestas
Ledger nos ofreció en su The Jocker, a un personaje extraordinario, que con la malicia transparente de un Yago shakespereano, se manifiesta con pericia moviendo los hilos de una intriga moral intensa y desgarradora, en donde las razones de ser de la sociabilidad de toda una metrópoli, y por tanto de la misma condición humana, se ven puestas en duda por ese torcido Hamlet, con el rostro pintado de payaso, que se dedica a evidenciar las dualidades funestas, las dos caras que cada persona tiene y maneja, al arbitrio del destino infausto. Hamlet, el príncipe filósofo de Elsinor, también por obra del arte del célebre Bardo de Avon, en aras de lograr hacer justicia por encima de todo, muy a su manera, lleva a cabo una suicida tentativa por exponer en cada uno de los que le rodean, la realidad de su ser- más allá de la teatral, por supuesto- falsedad de la moralina cotidiana. Así The Jocker, cual si fuese un Edipo que hubiera interiorizado grotescamente a la Esfinge, se dedica a emprender un lúdico juego mortal en contra de la nueva Tebas, Gotham City, para hacerla tomar conciencia de su falta de fundamentos, para lograr que sus habitantes abran los ojos y se den cuenta que como él, todos tiene en el rostro la vacía sonrisa de la perversidad.
The Jocker/Ledger: camino a la perdición
Si el Batman de Michael Keaton, frente al The Jocker de Jack Nicholson, en la hasta solo ahora superada versión de Tim Burton de 1989, de las aventuras del personaje de Bob Kane, intentaba combatir la locura con la sinrazón; el nuevo Batman, el del brillante Cristian Bale, aparentemente más silencioso y concentrado, en el fondo parece estar más que resignado a seguir la ruta en donde The Jocker/Ledger le ha colocado, hasta las últimas consecuencias. Como Batman, estamos arrojados al absurdo de una existencia en la que solo a través del sacrificio hacia los demás podemos darle un sentido a lo que no lo tiene, y dejándole la razón al caos que nos supera- encarnado en un rostro pintado de blanco y una mueca tortuosa de carmesí- buscar en lo que se halla, más acá de lo lógico: en el corazón, y la sensibilidad, la vía para redimir nuestra menesterosa condición de ser.