Medicina y sociedad: la expansión de los tratamientos alternativos
30-12-2008 | Por Ademir | Categoría: Artículos Seleccionados, Belleza, Cultura, Denuncias, Educación, Noticias, Nutrición, Psicología, Salud, Sociedad, SolidaridadUn treinta y ocho por ciento de los adultos de Estados Unidos y un doce por ciento de los niños toma algún tipo de medicina o complemento alimenticio, según un nuevo estudio desarrollado por el gobierno de los Estados Unidos.
Conocida en el medio como CAM (Complementary and alternative medicine) este término refiere a un abanico que abarca una colección de sistemas, prácticas y productos que no son en su mayoría considerados medicamentos convencionales. Incluye suplementos herbales, meditación, tratamientos quiroprácticos y acupuntura.
La pregunta sobre la CAM es básicamente la misma que puede hacerse a toda la medicina tradicional, es decir ¿Resulta realmente efectiva? Con respecto a la CAM la respuesta puede ser plural y contrastante: algunos remedios han resultado ser seguros y efectivos, otros seguros pero no eficaces, y por último algunos otros han mostrado ser hasta perniciosos para la salud de quien se los aplica.
Posiblemente un evento extraordinario está sucediendo en la realidad interior de las personas sin que tengamos bien a bien consciencia de ello, un acontecimiento que tiene consecuencias directas con el mundo físico humano que con el que tomamos conciencia día a día.
Es posible que la noción de salud, estabilidad física, o apariencia normal de una persona se estén modificando paulatina e inadvertidamente por todos. De tal suerte que si pudiéramos comparar la manera como se sentía una persona de décadas anteriores con respecto a la experiencia físico-orgánico-subjetiva de los tiempos actuales nos percataríamos de que se ha llevado a cabo un desplazamiento de la conciencia saludable de sí.
De igual manera la apariencia física, las fisonomías, la presencia habitual de las personas acaso se van transformando subrepticiamente hasta niveles alarmantes de alteración sin que la conciencia social se dé cuenta del grado que va siendo manipulada por el sistema y sus formas.
Porque la CAM bien puede ser sólo el vehículo para que la gente, seres humanos insatisfechos por la realidad en que han sido arrojados; individuos sometidos ontológicamente a un nivel desquiciante por el sistema, expresen todo el anhelo de transformación y diversificación de sí que se les ha ido coartando paulatinamente por otros medios.
Según el estudio realizado, 23,300 de los adultos reconocieron estar tomando alguna clase de CAM, y 9,400 aceptaron estar proporcionando este tipo de medicamentos a sus hijos.
¿Qué futuro les espera a estos pequeños? Probablemente cualquiera menos uno en donde ellos mismos puedan pensar o elegir cómo han de pensarlo, y ahora como vemos, sentirse y vivirlo, a fin de transformar su realidad de acuerdo a su necesidad interior y no de cómo se los dicte la realidad social imperante: el CAM es una puerta que puede llevar a un vacío de espejos en el que lo auténticamente humano se difumine, para siempre.