El fry: precauciones y mucha atención
22-02-2009 | Por Ademir | Categoría: Artículo en Portada, Artículos Seleccionados, Familia, Psicología, Salud, Sociedad, SolidaridadUna peligrosa tendencia va en aumento. La práctica de una manera que se creía su superada de consumir estupefacientes vuelve a emerger cada vez con más frecuencia y riesgos: el “fry”.
También conocido como “sherm stick”, cual si fuese el nombre de un grupo urbano de música pop, el fry consiste en la inhalación de cigarrillos de droga sumergidos en sustancias exclusivas para usos clínicos. Basta el consumir uno de estos combinados para producir un daño irreparable en el cerebro. Algunos de las consecuencias físicas de este hábito lamentable consisten en una pérdida de la memoria a corto plazo, desorientación, visión borrosa y alucinaciones continuas.
Los padres deben estar muy al pendiente de la actitud de sus hijos. Este tipo de prácticas se pueden evitar cultivando y preservando una comunicación constante y clara con los adolescentes y jóvenes, quienes de manera trágica, muy frecuentemente, son quienes más atraídos y expuestos se manifiestan a experimentar, y a la postre, sufrir las consecuencias, de estas nefastas vías de evasión.
Las razones que pueden llevar a una persona a desear “salir del mundo” temporalmente pueden obedecer a muchos factores y circunstancias, pero quizá la más oculta de ellas y que no se ha estudiado con la hondura y tacto que se requiere por parte de los especialistas, puede ser un intenso anhelo de trascendencia, manifestado en un deseo por superar a la comunicación como vía principal para construir lo real.
Es un hecho que la crisis generalizada de nuestros tiempos no se circunscribe solo a lo económico, sino que va mucho más allá de solo eso. Tiene que ver con una erosión y pérdida alarmante de valores y de figuras religantes. El vacío que ha dejado la pérdida de la confianza o de la fe, tanto en lo que se refiere a los sistemas de creencias religiosas como en el sentido de las instituciones político-sociales, orilla a las nuevas generaciones a buscar esa vía para hallar un sentido del mundo en el sinsentido más irracional y dañoso.
Si solo a través del diálogo y la libre comunicación racional se gesta el mundo, aquello que aliena y separa a un individuo de la relación con los demás; más que proporcionarle una realidad particular, en donde se pueda llegar a sentir pleno y desarrollado, con toda la intensidad que su espíritu le solicita; por el contrario, lo que le puede causar, es la construcción de una trampa de grotesco solipsismo literal, falsa y dolorosa, de la que ya no pueda escapar jamás.
Vale la pena luchar en contra de ello: la comprensión y la demostración de afecto sin menoscabo a los jóvenes, pueden ser las vías para salvarlos y recuperarlos al mundo. Estamos a tiempo, siempre se lo está, cuando se desea bien.