El efecto mariposa y la estructura de la realidad
13-01-2009 | Por Ademir | Categoría: Artículo en Portada, CulturaLa noción de “efecto mariposa”, producto de las investigaciones sobre la ciencia de la física, hace referencia a la relativa delicadeza del orden inicial de las estructuras del mundo dentro de la esfera de la teoría del caos. Lo que propone esta reflexión es lo siguiente: teniendo de antemano un estado básico en un sistema de la naturaleza, una conformación originaria, la más pequeña variación en la misma puede propiciar que la estructura de realidad que poseíamos bajo ciertas condiciones en un inicio se modifique de maneras que pueden resultar hasta radicales por entero.
Los físicos ejemplifican lo anterior imaginando una pelota que ha sido soltada sobre el borde del trecho de una casa en repetidas ocasiones: bastan solo ínfimas variaciones en la posición donde se ha situado la pelota para que esta ruede para un extremo del tejado u otro, puesto que un detalle al parecer insignificante a motivado alteraciones rotundas en su trayectoria de caída final.
El nombre de esta teorización se debe a la referencia de un viejo proverbio de la cultura china que enuncia: “el aleteo de las alas de una mariposa se pueden sentir al otro lado del mundo.”
Para comprender el efecto de desconcierto que motiva esta concatenación inusitada de los eventos de la realidad puede ser útil relacionarla con ciertas propuestas filosóficas como por ejemplo la del filósofo francés Jean Paul Sartre, desde una toma de posición existencialista. Para Sartre en un mundo sin garante trascendente de realidad, condenados a hacer de la libertad radical nuestra propia esencia, cada elección tomada, cada decisión afecta por entero el destino de las de los demás hombres y por ende los derroteros del mundo.
También sería provechoso mencionar la filosofía de la expresión de Giorgio Colli, que contempla al mundo como un entramado cognoscitivo, manifestante de un ámbito hermético que determina la forma de una realidad de objetos, incluso los humanos. Puesto que Colli desplaza la relevancia epistemológica del sujeto al objeto, las leyes de la causalidad son la forma en el que el entramado de las representaciones se va desarrollando en sucesivas corrientes y cascadas: por lo tanto la más pequeña expresión puede alterar el edificio entero, ya que no tiene realidad por sí misma, sino que es una simple alusión, un eco, de una profundidad insondable en la que el mundo se gesta momento a momento.
Kirilov, un personaje de Dostoyevsky, pensaba por su parte, que la simple caída de una hoja de otoño determinaba el entero sentido del mundo.